lunes, 7 de octubre de 2013

Babylon 5, un pequeño paso para el hombre

Esta serie de 1994 rescata la idea de una estación espacial internacional donde conviven y se relacionan no sólo personas de todas las nacionalidades sino, en un futuro bastante lejano, personas de (casi) todas las razas del espacio conocido (las del vecindario al menos).

Narra una buena historia en la que caben desde la política hasta el amor, desde el rencor y la venganza hasta el sacrificio más altruista, y todo ello enmarcado en una historia que parafrasea diferentes momentos de nuestra Historia, donde nos podemos ver reflejados más allá del maquillaje y las pelucas que nos quieren hacer creer que existen esas razas, esos seres que acabas deseando conocer.

En este sentido tiene cierto paralelismo con Battlestar Galactica (2003), porque cuando todo el mundo alzó el grito al cielo para alabar a esta gran serie más reciente Babylon 5 seguía ahí, en un rincón, recordándonos que ella ya había tratado antes el terrorismo, las guerras sin sentido, las disputas y dilemas morales en un entorno que en su época era tomado menos en serio todavía. Pero supongo que BSG tuvo una mejor acogida en parte también porque no tenía 'muñequitos de colores' (ingrediente que se suele confundir con la seguridad de que lo que siga será una historia para niños, sin seriedad ni trascendencia alguna).


Dejando eso de lado, lo esencial es que con B5 nos llega una historia importante -que tiene sus batallitas espaciales y sus efectos especiales (extraterrestres de diferentes formas y colores), sí, pero que no se queda sólo ahí sino que utiliza eso como una herramienta para hablar de temas mucho más amplios.

Babylon 5 es el nombre de la última estación espacial internacional construida (estamos en el año 2258), un lugar pensado para actuar como zona neutral para las negociaciones entre las distintas razas, una ciudad en el espacio donde tienen lugar las relaciones diplomáticas pero donde conviven también multitud de personas que, por una u otra razón, acaban allí. Hay ladrones y criminales, pero también hay telépatas, vendedores ambulantes y personas que intentan ayudar a quien lo necesita. Es un pedazo de civilización que demuestra lo mejor y lo peor del género humano (reflejado en las diferentes caras y pieles que pasan por allí).

Las razas que promovieron esta iniciativa de paz son los humanos (bajo cuyo control está la estación) y los minbari, una raza de humanoides místicos que la Humanidad todavía recuerda como los cruentos enemigos a los que se enfrentaron en la pasada Guerra Humano-Minbari.

G'Kar, el embajador narn, y Delenn, la embajadora minbari.

A lo largo de la primera temporada iremos conociendo más a fondo no sólo la particular relación entre humanos y minbari, sino también a los miembros más trascendentales de esta organización intergubernamental: los bélicos narn, los estrambóticos centauri, los sibilinos drazi, los tímidos pak'ma'ra... y finalmente los vorlon, una raza muy especial que sin duda os cautivará.

Esta primera temporada resulta ser también la más ligera debido a que los capítulos son más autoconclusivos que en las siguientes temporadas, donde se desarrolla a un ritmo cada vez más vertiginoso la trama conductora que en estos primeros capítulos apenas podemos imaginar siquiera. No desveraré nada de la historia, así que si queréis conocer sus secretos (y os prometo que algunos son muy jugosos), atreveos a dar el paso con esta maravillosa serie que tristemente es tan poco conocida. Hacedlo por Kosh. ;)

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