Empieza con un episodio piloto con una premisa muy
interesante que te deja ganas de más: en una historia, siempre hay (al menos)
dos versiones; y no siempre coinciden.
Argumento: Dos personas se conocen y se atraen. Y surge la
complicidad secreta, y surge el dilema, la aventura, la emoción y la
culpabilidad. Todo contado desde una investigación policial que tiene lugar
unos años después de nuestra historia.
Lo más interesante para mí llega cuando conocemos un poco
más a Alison (la protagonista “secundaria”, ya que a su lado está Dominic West
-McNulty - y en él se centra un poco más la historia) y descubrimos que no es
una mujer cualquiera que engaña a su marido, sino que está tan rota que lo que
siente por Noah le llega como una tabla de salvación en medio del océano. La
historia de Noah, a su lado, es de lo más mundano y vulgar que nos podíamos
encontrar (hasta tal punto que el protagonista resulta antipático).
La primera temporada empieza fuerte, y quizás por eso parece
que pierde algo de interés al avanzar, aunque no se hace pesada ni aburrida: es
una serie decente para pasar el rato viendo una aventura con algo de misterio.
Llegados a este punto, los que más te engancha a la historia
son Alison y Cole. Su tragedia es lo que tiene esta serie de diferente. Su
historia es la que merece la pena ser contada. Y por ellos sigues.
Esta primera entrega acaba de tal forma que, si quieres,
puedes dejarla aquí (pues tiene un final relativamente cerrado). No obstante,
todo el mundo me recomienda seguir (dicen que la segunda temporada mejora
mucho), así que allá voy.